Cuando una relación transita la carretera de la tensión por largo tiempo y uno de sus miembros atraviesa la frontera del respeto con el primer episodio de maltrato, a pesar de las muestras de arrepentimiento de quien hizo semejante travesía, la probabilidad de cruzar ese límite con nuevos episodios (y por motivos cada vez más insignificantes) es mucho mayor, instalándose así lo que llamamos el ciclo de la violencia.

El ciclo de la violencia describe 3 fases (algunos modelos contemplan 4) que explican cómo se producen y se mantienen los malos tratos en una relación de dos personas. Estas etapas son:

Acumulación de tensión, en donde la persona que agrede se torna irascible por pequeñas cosas, cualquier comportamiento de la pareja le molesta o le causa enfado, creándose cierta distancia emocional. En este período suelen ocurrir ciertos maltratos verbales o psicológicos.

Explosión violenta: Aquí se generan los malos tratos físicos al igual que amenazas para la vida e integridad física de la pareja. Aquí, quien sufre la violencia puede morir a manos de quien agrede.

“Luna de miel” o conciliación: Quien cometió la violencia intenta de nuevo reconciliarse con la pareja adoptando el rol de persona buena y generosa, arrepentido del mal causado y manifestando que nunca volverá a realizar una cosa parecida. En este punto, es donde se repite el ciclo.

Las parejas que han caído en este ciclo difícilmente salen solas de esta espiral demoníaca y para poder romperla es necesaria la ayuda de personas externas (profesionales de la salud mental, autoridades, comunidad, etc.).

Si te encuentras en el ciclo de la violencia, no te engañes diciéndote que puedes controlarlo y no volverás a cruzar esa frontera, o de ser la persona agredida, que la otra parte cambiará sola y no te hará daño otra vez. Busca ayuda.

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Fuente: Z., H. A. (2016). Poiesis, No. 30 pp. 12-18.

https://www.funlam.edu.co/revistas/index.php/poiesis/article/view/1854/1479